Frankenstein versus la privacidad: El auge de los «biobots»


No te digo nada nuevo si menciono que «Frankenstein» es una de las obras más icónicas de la ciencia ficción, escrita por Mary Shelley y publicada en 1818. Sin embargo, lo que quizás no sea tan conocido es que la obra también llevaba otro título: *El moderno Prometeo*. Esta elección no fue casual.

Shelley, a través de su historia, conecta el mito clásico de Prometeo con las ambiciones y peligros de la ciencia moderna. Prometeo desafiaba a los dioses al entregar el fuego a la humanidad, y, de manera similar, el doctor Frankenstein desafía las leyes naturales al intentar crear vida. Ambos personajes son castigados por su atrevimiento, lo que revela la compleja relación entre el conocimiento, el poder y las consecuencias de intentar jugar a ser dioses.

Prometeo, como sabemos, fue castigado por Zeus, quien lo condenó a ser destripado eternamente por un águila en el Cáucaso, un castigo por haber osado llevar el fuego a los humanos. Esta pena, sufrida en la cima de una cordillera, representa una alegoría de un limbo entre la Tierra y el Cielo, entre la Vida y la Muerte.


El Prometeo Contemporáneo

El paradigma del Prometeo Moderno se presenta de manera contemporánea, amenazando con repetirse cada tanto en la historia como proponía Juan Bautista Vicco.(algo del filósofo)

Pero es que la trama es la misma, solo cambian los actores.

Esta nueva realidad ya fue anticipada en 2007 por Ray Kurzweil, que profetizó el uso de miles de «nanorrobots» para ser liberados dentro del cerebro humano, para corregir sus achaques. «La singularidad está cerca: cuando los humanos trasciendan la biología». (Quiero leer a Kurzwell)

Un nuevo estudio nos revela una nueva forma de la materia generada por la biotecnología. Al reutilizar células de organismos vivos y muertos, la Ciencia ha creado “biobots”, pequeños “organismos” capaces de realizar tareas complejas. El estudio se ha revelado en la revista “Physiology” (Fisiología), al que puedes acceder por aquí.


¿Qué son, pues, los «biobots»?

Como su nombre lo indica son productos de la ingeniería biológica, organismos elaborados de procesos algorítmicos de diseño computacional aplicados a su diseño biológico y prediseñados con ayuda de IA con fines taumatúrgicos, como reparar células dañadasadministrar medicamentos o eliminar los tumores cancerosos. La posibilidad de construir biobots a partir de las propias células del paciente y poder realizar una labor terapéutica sin riesgo de desencadenar una respuesta inmunitaria ni el requerimiento de inmunosupresores, la inyección de medicamentos o la destrucción de tumores.  El uso de la biotecnología para construir la cura desde el propio organismo, abre las puertas a intervenciones médicas que reducen drásticamente el riesgo.

Por sus características intrínsecas representan un "tercer estado" de la materia, poniendo en entredicho nuestras ideas previas de lo vivo y de lo inerte.

Hay que distinguir entre antrobots y xenobots: Los primeros fueron creados de células humanas pulmonares que sirvieron para reparar neuronas, las células del cerebro, para lo cual originalmente no están especializadas; mientras que, los segundos, se construyeron tomando como sustrato las células muertas de rana. En ambos casos, los biobots sin ser previsible, generaron cilios para desplazarse. (inevitable relación con las estructuras disociativas de Prigogine)

Desarrollan así nuevas funciones: a diferencia de otras transformaciones biológicas, los biobots adquieren habilidades que no están predeterminadas en su ADN, gracias a que el mismo ha sido manipulado por la ingeniera genética para dotarlos de ventajas propias de seres vivos, como la adaptabilidad al medio, el aprendizaje del entorno y la evolución a través de procesos de selección artificial. (Quiero saber más)

Estamos frente a unos organismos versátiles que pueden moverse, repararse, e incluso autorreplicarse, de manera que algunos han empezado a generar medios de locomoción propios de la célula, como los cilios generados en los xenobots, producidos con células muertas de anfibios.

Estos productos de la biotecnología nos presentan importantes retos en donde confluyen la bioética y la digiética, que dibujan zonas grises para las respuestas morales tradicionales, mas que, sin duda, exigen ser reguladas

Se abren ante nosotros nuevas posibilidades para la medicina, en donde los biobots podrían utilizarse para tratar enfermedades, reparar tejidos dañados y eliminar tumores.

También nos lleva a replantearnos las concepciones de la muerte, puesto que el hallazgo sugiere que la muerte no sería el fin de las funciones celulares, no en cuanto a alguna idea metafísica, sino en cuanto a la latencia evolutiva de estos productos que se biodegradan dentro del cuerpo en un tiempo corto, mas pueden reorganizarse a posteriori, reviviendo.

Siendo así nos pone frente a una idea disruptiva que también la encontramos en la IA: ¿Estaremos frente a objetos o sujetos de derecho en el futuro de estos seres? De lo evidenciado, quizás los biobots den el salto hacia la autonomía plena antes que los robots tradicionales.

A futuro se abre un campo para la ciencia en cuantía a comprender cómo las células pueden vivir y evolucionar de esta manera y, si duda, estamos a la vuelta de la esquina de una revolución de la medicina y la biotecnología.

Pero, ¿Suponen los biobots un desafío a la privacidad?

Parece que es demasiado pronto para plantearse algo así, mas tomando como referencia que el fenómeno guarda similitudes con los problemas a que nos enfrenta la IA, podemos adelantar que el asunto propone grandes temas a considerar:

Si bien su potencial en campos como la medicina es inmenso, también es cierto que su uso podría dar lugar a nuevas formas de vigilancia y manipulación.

El riesgo es evidente cuando, al manipular nuestras funciones biológicas, estos microorganismos podrían convertirse en herramientas de vigilancia y control sin precedentes. Es fundamental establecer salvaguardas legales y éticas para evitar el mal uso de esta Las medidas de seguridad necesarias para protegernos de los riesgos asociados a los “biobots”.

¿Hacía la Bioprivacidad?

Imaginemos biobots diseñados para monitorear nuestra salud interna. ¿Quién tendría acceso a esa información tan íntima? ¿Podría ser utilizada para fines distintos a los médicos? Siendo datos sensibles, ¿es posible una brecha de datos a través de la interceptación de la información que el “ biobot” puede trasmitir a un dispositivo externo. Forzosamente deben implementarse técnicas organizativas y técnicas en la corporación sanitaria que se valga de ellos.

Si los “biobots” pueden ser programados para responder a estímulos específicos, ¿podrían ser utilizados para influir en nuestras emociones o decisiones? Aquí ya entramos en el terreno de neurolink y similares tecnologías que llamamos genéricamente como “Neurotech” y que han generado el movimiento de la neurojuridica, en donde Chile a tenido un papel pionero. (Lee más de este tema)

Al hablar de riesgo, al frente debemos poner al ”Hacking biológico”: Un “biobot” podría ser hackeado, lo que permitiría a terceros controlarlos o reprogramarlos con fines maliciosos.

Adelantando un marco regulatorio para el desarrollo y uso de los biobots supondrá la intersección de varias disciplinas y prácticas:

Protección de datos: Garantizar que la información recopilada por los biobots sea tratada de forma confidencial y segura. Por ejemplo, la transmisión de datos hacia los robots se ha realizado en ciertos casos a través de señales Led, lo que supone que en algún momento se pueda recibir datos de retorno sobre el uso en pacientes (data sensible).

Consentimiento informado: Exigir el consentimiento explícito de las personas antes de implantar o utilizar biobots en sus cuerpos.

Transparencia: Asegurar que las empresas y las instituciones que desarrollan y utilizan biobots sean transparentes sobre sus objetivos y métodos.

Tecnoética: Decía Mario Bunge: “la estrecha relación entre los aspectos físico, biológico y social de cualquier proyecto tecnológico en gran escala, la tecnología avanzada y en gran escala no debe ser unilateral, no debe ponerse al servicio de intereses estrechos, miopes, y libres de control moral”. Añadía que dentro de la Tecnoética estaba la biotecnología.

En conclusión, los biobots representan una tecnología con un gran potencial, pero también con riesgos significativos para la privacidad. Es crucial abordar estos desafíos de manera proactiva para garantizar que se utilice en beneficio de la humanidad.

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